Al romerito que me regaló Elisa esta Navidad
Las esencias silvestres
que tiene este romero
son como almas en vilo
que dan alas al viento. Con un roce...
sus delgadas hojitas
besan con mil boquitas
y un romeril abrazo
me hace pasar buen rato.
Era tiempo de poda en su casa. Tenía razones, limpiar y ordenar, sí, pero sobre todo descubrir lombrices, saludar a las hormigas, oir el motor que hace volar a las mariquitas, olisquear huevecillos de lagartijas. Es decir, cambiar, partir, buscar. Todo sin ton ni son. No sabía si despues crecerían las matas con sus flores. Si nuevamente su jardín la expresaría.