Jean en clave de no

Dedicado a Jean, norteamericana que.  a sus 90 años, me permitió 
ser su cuidadora un periodo breve de su largo alzaimer.  
Karen Martínez Rocha
Miami, enero 2022.
No tiene prejuicios
críticas, etiquetas,
protagonismos.
Junto a su ego
murió también
el pasado y el futuro.

No sabe quién soy
y sólo importa
que me deja alimentarla
limpiarla, cuidarla.

Le digo que es la princesa de la casa
y sonríe complacida.

Observa los cuadros que pintó,
toca sus libros,
sus muebles, sus fotos antiguas,
su mente danza en mares infinitos
y nada le pertenece.

Nos despedimos cada noche en su habitación.
Sin importar cuál fue su creencia, 
me escucha y al minuto siguiente, 
olvida mi oración:

Padre nuestro que estás en los cielos...

God bless you.

Me da un beso,
thanks you,
good nigth,
close the door.

¡Ya está cerrada, Jean,
dulces sueños!

Foto familiar

Miró la foto con estupor.  En el centro, sentadas en un sillón de mimbre, las dos ancianas, viudas desde hace tiempo.  A sus espaldas y de pie, sus hijas rodeándolas, cuasi abrazándolas. Tocándose, arrimadas, juntadas, apelotonadas.  Siete mujeres, un solo cuerpo y casi, casi, un mismo destino.

Esos rostros frecuentados en los tiempos jubilosos de las mujeres retratadas se le acercaban y alejaban como en flash back.  Gente de pueblo, buena, aseada, querible, bondadosa, noble: sus dos tías.  Infantiles, candorosas, inocentes, amistosas: sus cinco primas.

Sigue leyendo