Pupilas abiertas, gigantes, intensas; ojos de la tierra con el mar de fondo bramando; la montaña media y cruza palabras agrestes y bellas. Hojas de colores junto con sonidos, tucanes, acordes... los conjuga el viento en enorme danza de luces y sombras. ¡Qué dicha que estaba el panzón del sapo, la rana del charco, el colibrí enano y también la hormiga! Con ojos abiertos, gigantes, intensos, que tan sólo miran...
Ojos de la tierra
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