Me diluyo en la luz
entre un adiós de pájaros;
es un vaivén que ofician
campanillas azules
y gladiolos dorados
-Me voy- dice la tarde
y me lleva consigo, de la mano,
a estos cielos de enero,
de febrero y de marzo
Vibro, danzo, me expando. Con unos cuántos años... meses que buscan días, días que encuentran horas, muto con cada instante de este calendario tan mío y arbitrario.
¡Es así la conciencia que se abraza a mi cuerpo! ¿Desde dónde la siento?, ¿Desde cuándo la pienso? Este asunto es conmigo. No convido a creerme que yo sólo convoco si es que median abrazos. Otra agenda es mentira, no tiene fundamento y es un error de cálculo.