El llanto en la infancia: lo natural y lo cultural

bebé llorando3El llanto de los niños y las niñas es natural y legítimo; refleja que éstos infantes están pasando un mal momento y demandan ayuda. La forma en que lloran es cultural (aprendida), responde a su contexto afectivo y tendrá repercusiones fundamentales a lo largo de todos los ciclos de vida de esa persona.  En este sentido, un bebé cuyas necesidades son satisfechas diligentemente, llorará menos y con menor intensidad, que otro que no es atendido y encuentra en el llorar una herramienta para lograrlo.

No obstante, estas líneas no abordan el llanto producido por causas físicas que provocarán en un niño un malestar o dolor físico y emocional (cuando está enfermo o lastimado por un pequeño accidente doméstico), sino a ese otro llanto cuyas causas son emocionales y, hasta que el niño aprende a expresarlas lo cual demorará varios años, puede sernos difícil saber cuáles son.

Sigue leyendo

Ni la viejita era tan santa ni la casita tan blanca: Día de la Madre en Costa Rica

En una casita chiquita y muy blanca camino del puerto de Santa María,
habita una vieja muy buena y muy santa, muy buena y muy santa que es la madre mía.

Canción “Cariño Verdad”.  Los Churumbeles de España

mama1

A las mujeres mamás, para empezar, debe reconocérseles el aporte social, económico y moral que hacen en la construcción y desarrollo de la sociedad.  No porque sean mujeres ni porque sean madres, sino porque es lo justo.  Y, ciertamente, no se trata de un reconocimiento del tipo Día de la Madre, sino otro que el Día de la Madre debería recordar y ratificar: el de proteger y promover sus condiciones de vida para que ejerzan una maternidad digna para ellas, sus hijos y sus hijas.

Este reconocimiento no se ha hecho suficientemente e, incluso, no se ha hecho en algunos ámbitos.   La limitante estructural es la cultura cuyas bases patriarcales operan a través de hombres y de otras mujeres desde instancias y espacios de concentración de poder político y económico.   Es un círculo vicioso en el que se reproduce ese sustrato cultural invisibilizador del aporte femenino en general y del de las mamás, en particular.   Las consecuencias son terribles: propician que en el ámbito doméstico vida y muerte se codeen peligrosamente, tensionan la convivencia social provocando enfrentamientos entre varones y mujeres y agregan sufrimiento en las familias, particularmente en aquellas donde las mamás son jefas de hogar.   Las medidas sanitarias de confinamiento, y sus consecuencias sociales y económicas, impuestas a partir de la pandemia de la Covid19 acrecientan estas tensiones y agregan más tareas a las ya recargadas jornadas femeninas. Si ya es difícil ser mujer en nuestra sociedad, ser mamá lo es aún más.  

Sigue leyendo