Me siento amarillo, celeste a veces y otras tantas blanco, anaranjado que te quiero gris si estoy en paz, fucsia que te quiero azul si estoy feliz. Soy el lila de la lavanda y me pongo nerviosa por el viento y mil cosas, el rosa del rubor de la vergüenza propia y ajena, el verde de la hiedra en el muro de piedra, ¡y también ese negro de las noches sin lunas, sin orillas ni estrellas!