A la muerte de mi padre en 1994
Soy, sin él, una mujer en lo limpio de mi espacio, lo inocuo de mis alegrías y ridículos, en mi abismo leve, mis ritos simples, necia en mis deseos y con dificultades de pisar la tierra. Y en este espacio sideral que habito soy monolítica escultura que pendula con agrietados bordes y quizá algún recodo parecido a papá más allá de por siempre y para siempre.