
Y quise recordar la yerbabuena. ¿Cómo era su aroma mezclado con olores de patio remojado? Y aquella falda blanca… Su caricia telar, ¿era más que un susurro de brisa al caminar?
Hay cosas que olvido porque olvido, y otras que olvidé porque lo quise. Algunas más, creyendo recordarlas estaban ya olvidadas, y para otras, el olvido fue sólo un subterfugio porque estaban presentes, recordadas. ¿Dónde la yerbabuena? ¿Cuándo mi falda blanca? Si olvido, si recuerdo, ¿qué más da si es mi vida implosionando entera en recuerdo y olvido? ¿Qué más da si es seguro que caricia y aroma se quedaron conmigo?