
Y fluye muy suave la vida en mi casa con sillas y mesas, con Netflix, con nada. Una vida buena, una vida sana que no todas tienen ni por ser tan básica. Me cobija entonces un vértigo raro como si las cosas se me rebelaran y muy en silencio me griten ¡ingrata, si lo tienes todo, mujer exitosa que no entiendes nada!