Pintura activa: Pollock, Anaí y Mariam

Anaí y Mariam, queridas: quiero contarles de Jackson Pollock.   El fue un pintor estadounidense. Nació en el siglo pasado, un 28 de enero, día del cumpleaño del abuelo Luis.  Murió en 1956 en New York.    Hacía trazos espontáneos y no ponía nombre a sus pinturas, sino que solamente las numeraba.   Por ejemplo la pintura de Anaí que aparece en esta foto es la no. 1, mientras que la de él podría ser la 798.    El dijo que sus pinturas eran un resultado natural.  Usaba palos, pinceles endurecidos, los dedos, y hasta jeringas para aplicar su pintura.   Es recordado por su estilo único de verter y salpicar la pintura sobre lienzos que ponía en el suelo y a ésto, como lo que ustedes están empezando a hacer, se le llama pintura activa.  Llegó a ser una persona importante en el movimiento del expresionismo abstracto, una palabra complicada todavía.
Cuando sean más grandes vamos a leer sobre él, a ver sus pinturas y aprender juntas.   Y cuando seán más grandes más grandes, quizá podamos ver la película «Pollock y Pollock: la vida de un creador» que se hizo en el año que comenzó el siglo XXI en el que ustedes nacieron.

Pedacitos de futuro

Dos.  Sólo dos.   Dos noticias hacen la diferencia en este día.  Busco la belleza como antídoto de lo feo y estrujado de la vida.   La encuentro en ellas hoy.  Son lógicas, coherentes, humanas.    Pienso en Anaí, la pequeñita que tosió ayer, la que sonríe hoy, la de ojitos intensos.   Decreto ese futuro mejor para todos los niños y las niñas, para la humanidad concentrada en sus cuerpitos.

En el tiempo de su temprana infancia suceden cosas que anuncian la buena nueva de otro mundo.  El posible.

Así será el primer pueblo ‘autoabastecido’