Laguna de Abaeté

Irasema era la diosa de la laguna que ahora lleva el nombre de su amante, Abaeté.  Irasema se enamoró de Abaeté,  un pescador mortal.  Lo amó con fuerza inmortal, escandalosamente, cada vez que el pescador se internaba en la laguna en su búsqueda o cuando ella entraba a la playa convertida en brisa.   Sus pieles al juntarse tenían la tersura de los peces más finos.

Sigue leyendo

Corazón en fuga

Busqué a mi corazón que se me iba detrás de algunas noches con sus días. No me dejés, le dije, mirá que sos mi vida. Pero él seguía pautas dictadas por Cupido y sin yo darme cuenta me metió en un gran lío. Ya voy a su rescate. Yo sola y él perdido. Lo encuentro y me lo pongo en ese hueco abierto, húmedo y frío. ¡Ya escucho su bom bom! ¡Ya siento su calor! ¡Ya está conmigo!