La Amada que me amó: a un año de su muerte

Escrito el 3 de mayo de 1991

flores amarillasCuando las campanas sonaron el primero nos fuimos a la Parroquia de Santa Ana en el viejo auto de un amigo.  Papi y yo adelante, atrás los sobrinos Abelino, Martín y Karlely.  Apenas empezaban a llegar mas personas.  Nos sentamos en la frescura de las largas bancas de madera: Ruth a la derecha de mi papi y yo a su izquierda.  La iglesia y mi padre parecían compartir esa vejez solemne y clara a la que nos arrimamos para tomar una bocanada de paz.  

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