¡Es que no quiero el paraíso fácil
-¿hay alguien por ahí
que sí me entienda?-
el beso acomodado, la lisonja,
la eternidad comprada
con un clic de silicio o silicona!
No me interesan amistades
conseguidas en facebook,
jugar a la internauta
con tarjeta de crédito
o ver atardeceres en pantalla
mientras afuera
me pierdo la mañana.
No me gusta el arroz
que no sustenta,
la escuela que no enseña,
la leche que no sabe,
la lluvia que no moje,
el trago que no amargue,
y suelo acompañarme
de ausencias comprobadas
que no de esas presencias
holográficas
aunque sean tridimensionales.
Yo me voy, yo me fugo
en el placer de las dificultades
y declaro mi vida en rebeldía,
que para disfrutar flores y frutos
esperan mis cuidados las semillas,
¡tan claro como la luz del día!