Júpiter

A Júpiter, que un día de 1994 engulló al cometa Shoemaker-Levy 9 
y nos dió un espectáculo inolvidable

jupiter

Y Júpiter me vive porque vivo,
y vivo yo en su núcleo
de coloso sencillo
de la galaxia
a la que pertenezco.

He sentido su oleaje
sin ruidos de cangrejos,
sus ritmos poderosos
allá por pleamar o por el cielo,
y oí lo que dijeron sobre sus dimensiones,
tempestades, sus vientos.

En fin… ¡Sólo atisbos, pretextos!

Lo cierto es su plumón de calor,
bola brillante,
mango de luz madura
que orienta mi nariz hacia lo eterno
con delicias de cambio en lo inmutable
y certezas de incógnitas de fuego.

Avergonzado el quehacer ha quedado,
la escoba indescifrable,
el delantal guardado,
y el caos de mi pueblo
es mancha de la Tierra
cuando Júpiter,
sin sospechar fronteras,
nos baña con sus éteres
del más brillante sueño.

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