Me voy de esta oficina. Adiós a los estantes y a los libros que me recordarán desde sus páginas; extrañaré el correo que seguirá llegando a nombre mío, a los usuarios en búsquedas constantes y a las computadoras que guardaron celosas mis compromisos diarios. Queda el esfuerzo de mi labor creativa untado en las paredes y las sillas y empiezo a tararear canciones olvidadas en cada amanecer entre mis sábanas. (22 de octubre de 1993)
Me voy de esta oficina.
Adiós a los estantes
y a los libros que me recordarán
desde sus páginas;
extrañaré el correo
que seguirá llegando a nombre mío,
a los usuarios en búsquedas
constantes
y a las computadoras
que guardaron celosas
mis compromisos diarios.
Queda el esfuerzo de mi labor creativa
untado en las paredes y las sillas
y empiezo a tararear
canciones olvidadas
en cada amanecer entre mis sábanas.
(22 de octubre de 1993)