El Starship de SpaceX, el cohete más grande y potente del mundo, saltó de su cama de agua en Boca Chica, Texas, el 20 de abril de 2023. Pero no le fue bien y a los 4 minutos explotó. Elon Musk no se deprimió ni un poquito, no tiene problemas de perder los diez millones de dólares que le costó.
Ese mismo 20 de abril, Luis me envió desde Guatemala varias fotos de la Aldea Xepiacul, municipio de Ixtahuacán, en Sololá. Una de ellas, me pareció, era la antítesis de ese cohete. Muestra la pequeña casucha de una familia, la leña apilada, la tierra árida, esbozo de una pequeña huerta, trastes plásticos deteriorados para jalar agua hasta una pileta…..
Me conmovió la pobreza como si no la conociera, el esfuerzo de la familia que vive en esa casucha, la carencia evidente, la ausencia de oportunidades. Sentí el peso de la realidad que vivimos: dicotómica, pendular, obscena en sus extremos, expresándose en las imágenes que veía y cuyo contraste llevo dentro mío con toda su profundidad, su esquizofrenia.
Son tiempos de descubrimientos magníficos y cohetes potentes que empiezan a ser lanzados por los poderosos dueños del mundo…. y, sin embargo, los miserables que describió Victor Hugo, también están en su apogeo, sigue siendo su tiempo y marcan con hierro candente el perfil de esta civilización y la deforman. Siguen los niños que mueren de hambre a diario, las personas que huyen de sus países por falta de trabajo arriesgando sus vidas también a diario y…. perdiéndolas en muchas ocasiones … ¿Qué es perder una vida? ¿Y miles? ¿De qué modo vivo esto?
Expectada ante la tecnología espacial y el poder de los archimillonarios para llevarla a cabo, me entretengo en las fabulosas noticias que nos llegan desde el Hubble y el James Web y pueblan mi imaginación las lunas de Júpiter, el planeta HD 189733b recibiendo la lluvia de vidrio, la estrella UY Scuti imponiéndose como la más grande del universo (¿Y eso qué será?), mientras acojo la casucha de la foto de Sololá, pienso sus personas merodeando, sus niños resistiendo fríos y soles, sin ver las noticias de los cohetes espaciales que yo disfruto o creyendo que se trata de otro mundo. Y es verdad. Es otro mundo. Ambos poderosos en sus efectos, impactantes, destructivos, invasivos.