Pupilas abiertas, gigantes, intensas; ojos de la tierra con el mar de fondo bramando; la montaña media y cruza palabras agrestes y bellas. Hojas de colores junto con sonidos, tucanes, acordes... los conjuga el viento en enorme danza de luces y sombras. ¡Qué dicha que estaba el panzón del sapo, la rana del charco, el colibrí enano y también la hormiga! Con ojos abiertos, gigantes, intensos, que tan sólo miran...
Precioso poema, disfruto mucho de tu lectura, un abrazo!!!
Muchas gracias, me alegra tanto que te gustara. Abrazo de vuelta….!