
A Luis, mi compañero
Sobre restos de vida he construido mi hogar y tengo mi querencia. Mis pasos, leves, confundidos entre huellas de un gentío tan vasto como estrellas, saben tu dirección…mi pedazo de vida conocida. Un día seré resto de roca firme y loca. Añejada y terrosa recibiré el abrazo que otras vidas ignotas traerán en sus pasos. Y acaso sentiré, libre y gozosa, esa tibieza tuya que hace tiempo conozco.