Acerca de la cualquiera

Poeta y bibliotecaria y, con frecuencia, viceversa

De Chinandega a las estrellas

Dorotea. Las ciudades y el deseo1. Italo Calvino

Dorotea. Las ciudades y el deseo1. Italo Calvino

Miami y Atlanta son ciudades que no logro habitar y ni siquiera visitar, aunque me encuentre en ellas.  Por magníficas me parecen ficticias como Anastasia, Dorotea o Despina, las ciudades-deseo de Italo Calvino.  De ellas apenas percibo algo vago cuando el avión deja ver ese océano de luces si llego de noche, o de rascacielos, vehículos y edificios, si el vuelo es de día.  Cuando regreso a mi casa en San José, me sobrecoge la sensación que he tenido un sueño brillante y sobre todo complejo.

No imaginé que en esas metrópolis revitalizaría mi identidad.  Mis raíces nicaragüenses, tan precarias, apenas se hunden en las pocas personas que somos y especialmente en mi ochentera hermana mayor, su marido y sus hijas, y rebrotan en una camada de sobrinas-nietas que siendo oriundas de Estados Unidos las reivindican como suyas, las evocan en sus conversaciones y las disfrutan.  Para mí quiere decir que mis orígenes no están circunscritos a territorios, quizá nunca lo estuvieron porque algo tienen que ver con estrellas lejanas y, es posible que, debido a eso, este pequeño relato tenga más sentido.

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Nube que pasa

Escrito en el año 2012 para mi hermano mayor, Abelino.

hormigaA un año de tu muerte te extraño.  Ya no me queda rabia para tanto y, de tu ausencia tan total, brota mi reconciliación y mi ternura.  Entonces te digo, con esta voz que tengo para hablar con mis muertos, que hacen falta tu abrazo, tu risa contagiosa, tu guitarra, tus versos, tus bromas incendiarias, tu ironía crónica, tu inteligencia lúcida. 

Un puñadito de tus poemas ahora está conmigo, me quema las manos.  Quiero soltar los versos, aceptar mi poca fuerza para lidear con ellos… los dejo al fin, no voy exponerme mucho a tu recuerdo en ellos.  Y recurro, por lo pronto, a Nube que pasa que digito de memoria pensando qué nube y qué volcán te acompañaban, cómo sería la luz de ese momento único en que se te ocurrió, en qué papel garabateaste lo que ahora me ocupa. ¡Y vos con todo se transforma en luz!

¿Qué más que no sepás?

¿Te has dado cuenta que no dejo de decirte GRACIAS? Y cada vez que lo digo vuelve lo conmovedor de tu vida, lo enorme de tu ausencia y la belleza de Nube que pasa.

 

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