Escrito en el año 2012 para mi hermano mayor, Abelino.
A un año de tu muerte te extraño. Ya no me queda rabia para tanto y, de tu ausencia tan total, brota mi reconciliación y mi ternura. Entonces te digo, con esta voz que tengo para hablar con mis muertos, que hacen falta tu abrazo, tu risa contagiosa, tu guitarra, tus versos, tus bromas incendiarias, tu ironía crónica, tu inteligencia lúcida.