En Los ojos del hermano eterno, publicado originalmente en alemán en 1922 (Yo leí en kindle la traducción al español en versión virtual de 2020) quizá no fuese tan importante que Virata terminara sus días como cuidador de la jauría de los perros de un rey que no lo apreciaba. Ni que el pueblo se olvidase de su nombre y sólo los animales que cuidaba aullaran por su muerte. Es posible que lo más preciado sea su búsqueda por ser una persona justa y por erradicar la culpa. En ese caminar conoce el amor y la armonía con la naturaleza lo que lo hace, muchas veces, feliz.
Los ojos del hermano eterno
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